La abuela se había casado y enviudado en siete oportunidades. Enterró a su útimo esposo a los noventa años y vivió hasta los ciento quince. "El buen sueño es hermano de la supervivencia", comentaba la familia: ella se encerraba con llave en su dormitorio a las diez de la noche y aparecía, siempre radiante, bien entrado al mediodía.
Por su diario íntimo se supo que a lo largo de aquellos últimos veinticinco años por las noche, se consagraba al ardiente recuerdo de los finados, a veces de dos o mas al mismo tiempo...
Por su diario íntimo se supo que a lo largo de aquellos últimos veinticinco años por las noche, se consagraba al ardiente recuerdo de los finados, a veces de dos o mas al mismo tiempo...
-hay que seguir los pasos de la nona-
mira que picarona... mientras que el cuerpo aguante...
ResponderEliminarGrande la nona!!!! Así que esa era la fórmula de la felicidad!!!
ResponderEliminar(Enviudar y recordarlos!!!!)
Besos enoooorrrmmmeeessss!!!
La abuela la tiene más clara que todos nosotros juntos...
ResponderEliminarSaludos :)
qué linda nona, esa nona que tod@s querríamos tener...
ResponderEliminar;)
La nona era terrible! cuando sea grande quiero ser como ella!!!
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