El viernes con un grupo de gente fuimos a Vía Onda, a hacer apoyo escolar.
Llegamos casi a las 2.30, después de una mini reunión con la directora de la escuela que nos presta el comedor para trabajar, pasamos a buscar a los chicos.
Tiene entre 5 y 11 años, la mayoría tienen problemas de aprendizaje.
Hay 2 nenas, hermanitas, que dejaron la escuela cuando la madre cayó en cana por vender droga, tienen mas de 10 hermanos, moretones en los brazos y a duras penas reconocen las letras de sus nombres...
Volví a mi casa como a las 7, llena de besos, con el alma por el piso y algunos piojos.
Mientras me bañaba y me pasaba el peine fino pensaba en mi orden de prioridades, en lo que tengo -materialmente hablando-, en mi carrera, en mi hermano y en mis viejos.
Después de la sacudida del viernes, de la cual todavía no me puedo recuperar, todo tiene otro matiz.
Llegamos casi a las 2.30, después de una mini reunión con la directora de la escuela que nos presta el comedor para trabajar, pasamos a buscar a los chicos.
Tiene entre 5 y 11 años, la mayoría tienen problemas de aprendizaje.
Hay 2 nenas, hermanitas, que dejaron la escuela cuando la madre cayó en cana por vender droga, tienen mas de 10 hermanos, moretones en los brazos y a duras penas reconocen las letras de sus nombres...
Volví a mi casa como a las 7, llena de besos, con el alma por el piso y algunos piojos.
Mientras me bañaba y me pasaba el peine fino pensaba en mi orden de prioridades, en lo que tengo -materialmente hablando-, en mi carrera, en mi hermano y en mis viejos.
Después de la sacudida del viernes, de la cual todavía no me puedo recuperar, todo tiene otro matiz.
